Hay personas que siempre tropiezan con la misma piedra y se preguntan el porqué. Nuestra experiencia nos confirma que, en muchas ocasiones, esto ocurre porque o bien no sabemos aprender o bien no queremos aprender. Cuando nos ocurre algo que nos incomoda, a veces preferimos echar balones fuera, pensamos que son los demás los culpables, o la sociedad, o la tan manida mala suerte, pero no nos paramos a pensar que, tal vez y solo tal vez, somos nosotros los que hacemos que pasen las cosas de la forma que siempre pasan. Si no aprendemos, si no queremos esforzarnos en cambiar lo que nos limita, ya que eso supondría un esfuerzo el cual no estamos de acuerdo en asumir, es imposible cambiar las consecuencias de nuestras acciones y, por tanto, acabamos tropezando y tropezando con la misma piedra.
Incluso, aunque la gente que nos rodea nos tienda la mano, nos escuche, nos entienda, nos quiera ayudar, preferimos no dar un paso adelante, preferimos conformarnos con aquello de que “nosotros siempre hemos sido así”, y quien quiera que lo acepte y quien no quiera que no lo acepte. Desde luego, es un camino facilón, pero a la larga nos hace equivocarnos una y otra vez con las mismas cuestiones, y si, al reconocerlas, nos esmeráramos un poco en trabajarlas, al principio nos costaría, pero a la larga estaríamos mucho mejor y seríamos más felices.
Lo que está claro es que, la fuerza de voluntad no la tiene todo el mundo y quejarse es gratis, sin embargo, el precio a pagar por esos pequeños esfuerzos parece ser demasiado. Nuestro consejo es que, si eres una persona que te ves reflejada en este post, intenta conocerte bien y trabajar los aspectos que te frenan en la vida, aunque debas poner un poquito de tu parte, porque la vida se irá volviendo un poquito llevadera y te sorprenderás de cómo se simplifica todo.
De modo que, la próxima vez que tropieces con una piedra, analiza si eres tú o es el camino el que te lo está poniendo complicado. Eso sí, ten siempre presente, que las cosas más importantes de la vida, hay que ganárselas y no caen del cielo, debes ponerte las pilas e intentar conseguirlas.
Ante las personas que tienen esa forma de ser y de actuar, un consejo: Durante un tiempo os sentiréis cómodas, luego vais a ser muy infelices y, finalmente, sentiréis una gran soledad. Por ello, se suele decir que el mundo es de los valientes, de las personas que se atreven a luchar sus batallas diarias, porque es la única forma de superación y de encontrar el camino adecuado.
