CUIDADO CON LA IRA 

By marzo 3, 2022 Días con mensaje

La ira es una emoción humana que tiene sentido porque, en ocasiones, nos ayuda a adaptarnos a ciertas situaciones, pero cuando no la controlamos nos puede llevar a consecuencias destructivas.

Debemos tener en cuenta que, cuando hablamos de no ser capaz de controlar la ira, no solo queremos decir que la persona muestra comportamientos violentos como romper cosas o golpear a personas, cuando se grita a las personas o se les insulta o se intenta humillarlas, es necesario tener claro que también es una forma agresiva o violenta de descargar la ira.

Hay muchas personas que, teniendo esa forma de proceder, lo asumen como algo normal, algo inherente a su forma de ser y utilizan la tan manida frase de “Yo soy así”, como una forma de justificar su conducta, pero, la verdad es que deben saber que esa actitud tiene unas consecuencias muy nocivas tanto para ellas mismas, como para las personas que le rodean.

De hecho, no poder mantener el autocontrol supone los siguientes efectos para la persona, dependiendo del nivel de ira y la repetición de sus comportamientos:

  • La elevación del pulso, puede llevar a desarrollar taquicardias.
  • Puede llegar a desequilibrar el sistema inmunológico.
  • Las contracturas, el dolor muscular y las jaquecas pueden ser más habituales.
  • Molestias grastrointestinales.
  • Nauseas
  • Vómitos
  • Diarreas
  • Sensación de ahogo
  • Mareos.

Y en cuanto al entorno que rodea a esta persona, lógicamente tienen unas consecuencias, la mayoría de las veces, irreversibles:

  • En las relaciones personales ese tipo de personas van a tener problemas a nivel de distanciamiento social, separaciones o divorcios en caso de la pareja y abandono en cualquiera de los casos.
  • En las relaciones laborales, probablemente serán despedidos, en caso de ser trabajadores porque desarrollarán un malestar en el entorno de la empresa. Y, en caso de ser el jefe, los trabajadores, en la medida que puedan, buscarán otros lugares de trabajo donde se sientan mejor.

En definitiva, la ira produce unos daños irreparables a las personas que le quieren, familia, pareja, hijos, amistades y compañeros de trabajo. Y, sin lugar a dudas, la persona que sufre esos episodios continuamente, sufre las consecuencias de forma física, mental, social, y afectiva. Además, en los momentos de ira, se pierde toda capacidad de consciencia, de análisis de la situación, no se toma el tiempo necesario para reflexionar, no se escuchar y ello conduce a no ser capaz de ser una persona lógica y racional, por lo que el resultado es la comisión de actos que no van a tener vuelta atrás.

Insistimos en que existen muchos tipos de ira, no hablamos de un enfado, todo el mundo, en un momento dado, puede enfadarse, y como hemos dicho al principio, es una emoción y, como tal, nos ayuda a adaptarnos, pero ¿y cuando ese enfado es demasiado intenso y la forma de expresarlo no es la adecuada? Cuando los niveles de ira son constantes y necesitan ayuda psicológica hay que buscar la ayuda de un profesional.