Existen dos Matices respecto a la soledad: Estar solo y sentirse solo.

Luego, hay todo tipo de combinaciones.

Puedes estar solo y no sentirte solo. Es algo que has elegido y por ello te sientes en armonía. Consideramos que esta opción es la menos habitual. Puede darse en alguna etapa de la vida por diferentes razones. Pero el ser humano es un ser social, tiende a querer pertenecer a un grupo y, desde luego, a querer tener pareja.
Puedes no estar solo y buscar la soledad. Esto ocurre muy a menudo cuando estamos saturados o cuando nos sentimos plenos con nosotros mismos y necesitamos disfrutar de ese momento.
Puedes no estar solo, pero sentirte solo. En este caso, tal vez debas hacer un análisis de la situación. Ver por qué es posible que tengas ese sentimiento.

Tal vez si lo analizas, llegues a la causa. Y sabiendo la causa, probablemente tomarás medidas y consigas superar esa situación. Porque debes recordar que, ante las mismas circunstancias, unas veces estás bien y otras veces estás mal. Eso debe hacerte entender que cuando uno está mal, es muy complicado ver las cosas desde un punto de vista realista.
Y, finalmente, puedes estar solo y sentirte solo. Esta nos parece más terrible. Y, por desgracia, la más extendida en la sociedad.

Si eres una persona joven o una persona madura actúa y actúa ya.
Empieza a tomar la iniciativa y busca soluciones. Ayudar a los demás es una gran forma de sentirte bien contigo mismo y que te ayudarán a sentirte útil y eso hará que empieces a dejar de sentirte solo.

Cuida tus relaciones sociales, pero desde la calidad, no desde la cantidad.
Si tienes familia visítales y disfruta con ellos y de ellos.
Sí tienes amigos cuídalos, aunque ellos tengan pareja o estén muy lejos.
Apúntate a grupos en los que te sientas cómodo. Aunque te cueste un tiempo encontrar estos grupos, en este momento existen muchos grupos con diferentes actividades. Y seguro que encuentras uno adecuado para ti.
No dejes de trabajarte a ti mismo. El crecimiento personal es muy importante para que no te sientas solo.
En los dos últimos casos es probable que necesites a un especialista, no pienses por ello que eres más débil que los demás. Piensa que hay muchas personas en tu situación y que, cuando consideran qué deben hacer, por desconocimiento o por miedo, deciden no hacer nada. Por otro lado, están las personas que deciden solucionarlo y pedir ayuda. En ese mismo momento empieza su período de recuperación.

¿En qué grupo prefieres estar tú?