EL AMOR NO DEBE DOLER

By julio 28, 2025 Lazos Valencia
Cuando el amor lastima, existen señales de una relación tóxica que preferimos no ver.
En Lazos Valencia creemos en el romanticismo, pero no en el romanticismo que justifica el dolor. Tampoco creemos en el “aguanta un poco más”, cuando realmente tú alma ya está gritando desde hace tiempo.
Porque no todo lo que arde es pasión. A veces, es una herida mal cerrada que sigue supurando dentro de una relación.
Una relación tóxica no siempre son gritos, golpes o lágrimas en la almohada. En muchas ocasiones es un control disfrazado de cuidado: “Te llamé veinte veces porque me importas”. “Sí me quisieras, no hablarías con él/ ella”.
Es el miedo a hablar con libertad, el peso de caminar sobre cáscaras de huevo todos los días, el amor que se convierte en ansiedad constante. El amor no debe ser una batalla diaria ni una excusa para dejar de ser tú. El amor sano no castiga, no exige sacrificios extremos, ni te hace dudar de tu valor.
Las relaciones tóxicas no se alimentan solo de abuso, también se nutren de silencios, de rutinas, de promesas que encadenan. Y, en demasiadas ocasiones, de la esperanza de que algún día todo cambie, pero, si tienes que perderte para sostener lo que hay, ya lo perdiste todo. Salir duele, sí, pero quedarse te puede romper. No es fácil soltar a quien amas, aunque te haga daño, pero tampoco lo es quedarte con la versión marchita de ti mismo/a.
Mereces un amor que te respete, que te escuche, que te celebre sin condiciones. Uno que no te haga elegir entre tú paz y tú pareja. El amor no debe doler y, si duele todos los días, no es amor, es un aviso.
Nadie merece vivir pidiendo migajas emocionales como si fueran gestos de amor. Nadie debería sentirse culpable por exigir lo básico: respeto, tranquilidad y reciprocidad. Amar bien no es conformarse, es crecer juntos. Es crecer sin miedo, es poder ser tú plenamente, sin temer expresar tus sentimientos, emociones o decisiones. Si algo dentro de ti ya no puede más, escúchate, a veces, el primer acto de amor verdadero es hacia ti mismo/a.
Y recuerda:
No estás solo/a.
No estás exagerando.
No estás pidiendo demasiado.