LOS HIJOS DE TU PAREJA 

By abril 21, 2022 abril 22nd, 2022 Días con mensaje

Ya os hablamos sobre lo sano que es mantener una relación en la que haya independencia y buen rollo entre los miembros de la misma y hoy queremos ampliar nuestro consejo haciendo referencia a las segundas parejas en las que hay hijos por una o ambas partes.

Informar a los hijos de que has conocido a una persona especial suele ser un gran alivio para los miembros de la pareja, pero hay algo que detectamos que la gente no piensa y nos parece de vital importancia que tengan en cuenta.

Ya has informado a tus hijos de que tienes pareja, poco a poco vas integrando a esa persona a vuestras vidas, y ahora ¿qué? Bien, pues ahí empieza un proceso complicado, porque tanto los hijos como la pareja en cuestión deben ir adaptándose a la nueva situación.

Entonces, a partir de ese momento, ¿vais a estar todos juntos siempre? ¿Ya no hay lugar para el padre con sus propios hijos y la madre con los suyos?, ¿todos unidos, unidos todos?

Nuestro consejo es que hay tiempo para todo, sois una nueva familia, desde luego, pero una familia con una estructura diferente, por ello, hay que ser consciente de todas y cada una de las partes que conforman esa estructura. Por muy bien avenidos que estéis, hay un tema que debéis poner encima de la mesa, si es que queréis que todo funcione lo mejor posible, y se trata de crear espacios diferentes teniendo en cuenta las necesidades de cada miembro. Es estupendo que todos os llevéis bien y que hagáis muchas cosas juntos, pero no descuidéis un tema: dedica a tus hijos un tiempo al margen de todo lo demás. Y eso es algo que debes aclarar para que tu pareja lo entienda, y no siempre va a ser sencillo, para algunas personas es difícil de entender. Les cuesta entender que dediques actividades o tiempo específico solo con tus hijos, y, al igual que en la pareja debe haber momentos de independencia personal, también debe haber momentos para la independencia de otro tipo, como puede ser este.

Es posible que, al principio, cuando ya has presentado tu pareja a tus hijos, des un gran respiro y, a partir de ahí, intentarás hacerlo todo juntos para que tu pareja se integre lo antes posible, y aunque tu pareja se lleve de lujo con tus hijos, ten en cuenta lo que en realidad piensan tus hijos y lo que, probablemente, les va a ser complicado comunicarte, ya que ellos también quieren que seas feliz, házselo fácil. Lo mejor es un sencillo ejemplo: imagina, hace relativamente poco tiempo que tus hijos conocen a tu pareja, ya habéis hecho muchas cosas juntos, pero tu hijo va a jugar un campeonato de fútbol, tú le preguntas a tu hijo ¿te importa si viene mi pareja?, o peor, ni le preguntas, porque lo usual es que pienses que es lo normal, que si tu pareja ya conoce a tus hijos y ya habéis hecho muchas cosas juntos, ¿por qué debería importarle a tu hijo?, otro ejemplo, tal vez a tu hijo le apetece comer solo contigo, ¿tan extraño te parecería? Consideramos que preguntar a tus hijos si tu pareja puede participar de vuestros momentos íntimos, supone “obligarles” a deciros que sí, por ello te aconsejamos que hables tanto con tus hijos como con tu pareja para concretar ciertos temas que os van a evitar muchos desencuentros. Y siempre desde la madurez y el equilibrio emocional. Hay que respetar el espacio de las personas y de las relaciones de cada estructura familiar, dentro de la estructura global.

No se trata de decir, mama o papa ha conocido a una persona y vamos a estar juntos, hay que pensar en todo lo que ello conlleva y, como siempre decimos, no suponer nada, analizar y pensar qué es lo mejor para todos, y cómo puede funcionar todo de maravilla poniendo las cartas sobre la mesa desde el momento en que sois pareja o incluso cuando ya lo sospecháis. Sin malos rollos, con comprensión y sin celos absurdos. Hay tiempo y amor para todos y habrá muchos momentos de estar juntos al completo y de hacer actividades conjuntamente, pero teniendo en cuenta las necesidades de los demás.

Con un buen proceso, evitarás muchísimos problemas, conseguirás que tanto la relación de pareja, como la relación familiar en general, sea muy sólida y perdure durante mucho tiempo.