Pasar el verano en familia puede ser una forma maravillosa de estar más tiempo juntos, pero, por otro lado, la convivencia puede llegar a ser insoportable. Por ello, queremos daros algunos consejos para intentar que paséis un verano tranquilo con las mínimas dificultades posibles.
– Lo primero es hablar con tu pareja, desde la empatía y el respeto, con una calma en la que podáis negociar todos los aspectos posibles de las vacaciones, cuáles van a ser vuestras implicaciones y cómo podéis organizar y planificar al gusto de la mayoría, para que el verano fluya de la mejor manera posible. Comunicarse antes, durante y después de las vacaciones augura una buena relación de pareja y un buen verano.
– Pon límites. Esto siempre es importante para nuestra paz mental y para hacerles ver a los demás hasta dónde pueden llegar. Es importante que tus hijos y el resto de la familia, en caso de que pasen las vacaciones contigo, sepan a qué estás dispuesto. Si has cumplido con el primer consejo, tu pareja te apoyará porque estaréis de acuerdo en lo que habéis pactado y juntos haréis la fuerza necesaria para que las soluciones aparezcan de inmediato.
– Crea normas consensuadas para que todo discurra convenientemente. Las normas son importantes siempre que hay niños de por medio, por tanto, hay que hacérselas entender y cumplir. Y lo mejor es explicárselas antes de que empiece la convivencia vacacional.
– Busca tiempo para estar a solas, esto es importante que se lo dejes claro a tu pareja cuando habléis sobre el verano. Es fundamental mantener cierta independencia, al igual que el resto del año. Tener tiempo ti, para descansar, para desconectar, para disfrutar, para lo que necesites o desees, es necesario para recargar la energía que es tan necesaria para lidiar con los momentos de tantas actividades y del calor, que también agota. Esta norma, lógicamente, será recíproca.
– Practica ejercicio en familia, aunque por tu lado también suelas hacerlo solo o con amigos. Es una forma de pasar tiempo en familia y, simplemente, se trata de hacer un paseo de media hora andando algo ligeros para que no haya cansancio ni estrés, ni para ti ni para el resto de tu familia. El deporte une y además relaja.
– Y, por supuesto, acepta los imprevistos y los cambios en la rutina, sé flexible. Al principio puede ser complicado ajustar actividades y horarios, recuerda que se trata de mantener la calma, por ello, cobra importancia adaptarse a la nueva situación.
Esperamos que estos consejos te puedan servir para organizar tus vacaciones y disfrutarlas de la mejor manera posible, no obstante, es probable que surjan discusiones, ya que la convivencia nunca es perfecta, pero, aunque discutas en alguna ocasión, siempre se puede recuperar la herramienta de la comunicación eficaz y volver a la calma y al bienestar.
